Capítulo XXIV
La Asamblea.
El grupo entró en el Mercado. Ya no era el mismo mercado que conocieron la mañana anterior, los desmanes que habían sucedido a la noche lo habían cambiado no precisamente a mejor.
Toneladas de frutas habían sido volcadas al suelo, la entrada parecía quemada y las puertas estaban destrozadas, con todos sus cristales destrozados, pero un copioso grupo de gente se arremolinaba en la gran sala de su pabellón central.
Al entrar un joven les cortó el paso.
¿Adónde vais?¿Quienes sois?
– Venimos de Puerto Borikaia a solicitar ayuda.
– ¡Los delegados de Puerto Borikaia ya han llegado! ¡Los delegados de Puerto Borikaia ya han llegado! – Gritó el joven con todas sus fuerzas hacia el corro de la Asamblea poniendo las manos en bocina.
Timi enrojeció y se apresuró a corregir
– Nos somos delegados de Puerto Borikaia, solo somos un grupo de chicos de Borikaia que venimos a hacer una petición.
– ¡La Comisión de jóvenes de Borikaia ha llegado!¡La Comisión de jóvenes de Borikaia ha llegado! – Repitió el truhán Rodas, otra vez haciendo bocina pero ahora intentando gritar en un tono aún más elevado.
– Cállate Rodas, que no hace falta que presentes a nadie – Dijo molesto un Aá que estaba en la zona de la entrada al corro de la asamblea, pero Rodas hizo como que no le oyó.
Al entrar al corro de la Asamblea se pegaron un susto tremendo. Allí estaba Wincly haciendo uso de la palabra.
– Lo que tenemos que hacer es impedir que se vayan los barcos, reabrir las canteras que sean seguras y convencer a los camioneros para que vuelvan a trabajar, pero, eso si, tomando medidas para que el polvo rosáceo no nos enferme más. Así todo se solucionará.
Un torrente de aplausos contestó a esta brillante intervención pero Timi echaba humo de indignación.
…Copete se puso a gimotear y a temblar de miedo tras ver al gordo Spellding…
También estaban los Spellding. El gordo fortachón Spellding se levantó y elevó su voz para plantear sus reivindicaciones.
– Deberíamos abrir un circo, ayudando a todos para que sea operativo rápidamente, así culturizaríamos a la gente y recuperaríamos parte de los empleos que se han perdido con los cambios.
Copete se puso a gimotear y a temblar de miedo tras ver al gordo Spellding, pero el resto de la asamblea rompió en aplausos.
Luego Cararroja, que estaba junto a Pómulo Violeta, invitó a Timi a tomar la palabra.
Timi explicó el problema habido con el Señor Hok, que ello les había traído a la Capital a solicitar ayuda al Guardián de la Capital, y cómo este había declinado ayudarles tras la situación que se produjo con su derrota en la Plaza Wilson
Esta vez no hubo ovaciones, solo un embarazoso silencio. Al de un rato, Pómulo violeta rompió ese silencio tomando la palabra para dar contestación a la solicitud de Timi.
– Lo mejor es que acudáis de nuevo al Guardián y le digáis que la Asamblea Libre de la Capital le pide que os acompañe al camino hacia el Puerto Borikaia. – Hubo un rumor de aprobación. Por otra parte, para poder decidir qué hacer respecto a la nueva economía y la nueva organización que no nos enferme como hasta ahora con los venenos de las canteras, tenemos que realizar votaciones.
Otra vez se escuchó un rumor de aprobación así que los chicos se aprestaron a marchar en busca del Guardián de la Capital. Al cruzar el portalón les llamó la atención que Rodas, el gordo forzudo Spellding y Winckly conversaban vivamente en grupo aparte.
Luego, al salir, el cielo parecía distinto, como si hubieran estado años allí dentro y no la media hora que en realidad estuvieron.
<<<Copete.El Camino Expédito.>>>
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