Capítulo XLII
Reencuentro.
– ¡Vienen a buscarte!¡Ya están aquí!
Timi salió del maizal al rellano de la choza y lo que vio le lleno de regocijo; eran Paladia y Catalin avanzando hacia él como iluminadas, flotantes y participes de una gran dicha. Completamente emocionado, abrió los brazos según se acercaban a él:
-¡Qué alegría Paladia!
Pero en ese momento, detrás de Paladia y Catalin, salió Peter el Peregrino, lo que terminó por desbordar la felicidad de Timi: ¡Era Peter!¡Era Peter el Peregrino!
– Mi padre ha dejado de estar enfermo, y cuando me dijeron que Timi había aparecido, decidí venir a verlo- Explicó radiante Peter, con su rostro de niño refulgiendo, completamente sincero.
Timi y Peter se fundieron en un abrazo.
-¡Oh, Peter, no sabes cuántas ganas tenía de verte!
Paladia también se fundió en el abrazo mientras João y Catalin observaban la escena embelesados.
Los rayos del Sol se filtraban entre las hojas de la selva formando lo que a la vista parecían charcos de luz flotantes bañando a los tres amigos abrazados. Y así, deleitándose en su reencuentro, estuvieron un largo tiempo hasta que, desde la entrada al terreno, se oyó un urgente:
– ¡Iiink, iiink! ¡iiink, iiink! – Era Braulin que se había demorado jugando con una rana y se había perdido el recibimiento.
…detrás de Paladia y Catalin, salió Peter el Peregrino, lo que terminó por desbordar la felicidad de Timi: ¡Era Peter!¡Era Peter el Peregrino!…
– ¡Braulin!¡Tunante!¡Dichosos los ojos!
Después todos se sentaron felices, en corro, alrededor del tronco donde solía comer João, sobre unas piedras muy adecuadas para hacer de asientos, y frente a las viandas que aportaron Joao y Paladia.
– Pensábamos que habías muerto.
– Yo también.
Paladia comenzó a relatar las novedades que había sabido en Puerto Borikaia, a donde había llegado recogida por un pesquero cuando, agarrada al aro salvavidas, iba a la deriva, después del naufragio:
– Heriberto al parecer se ha ido a vivir a las Montañas Rosáceas, según contaron unos marineros que suelen ir al País de los Aás. Pómulo Violeta y Carraroja están allí, han sido expulsados de la Capital al no aceptar el País de los Aás el Plan de Progreso de los wincklynianos. Según estos, a ti se te encarceló para protejerte.
Esto lleno de indignación a Timi, que tuvo que contenerse para no estallar en un despotrique de rabia, lo que logro sustituir a duras penas, en el último momento, con un agrío comentario:
– ¿Protegerme? No estoy muerto de milagro a causa de esa protección. Y me he quedado sin velero.
Catalin intervino:
– Si quieres puedes instalarte en alguna de las casas de Tóbiga, donde yo vivo.
– Yo te ayudaré a rehabilitar la casa – Dijo Paladia.
– Yo también – Se apuntó Peter.
Joao, que estaba visiblemente conmovido con acaecido y comenzaba a estimar a Timi en su verdadero valor, culminó:
– Y yo te ayudaré a preparar un maizal para que tengas con que sostenerte.
El resto de la jornada lo pasaron contando anécdotas de lo vivido y disfrutando del frescor de la tarde, mientras practicaban variados juegos y terminaban con las viandas dispuestas sobre el tronco.
<<<João.Tóbiga, el Pueblo de las Casas de Maderas Preciosas.>>>
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