Capítulo LII

La Batalla del Cercado de Cotomon.

Puestos los yelmos, aferrados a sus palos y espadas, dispuestos en dos filas, en los albores de la mañana, los y las mejores luchadores del País de los Aás, el Reino Hok y el Puerto Borikaia, aliados contra Winckly, comenzaron el asalto del cercado defensivo construido por los wincklynianos en el paso central de la Isla Brouk, en el lugar de Cotomón.

Pómulo Violeta llegó al cercado, agarró una tabla y la echó a un lado para saltar con su mazo al otro lado, pero salió un winclyniano con un garrote y le aplasto la cara de un golpe, cayendo redonda.

Más al centro, Alfonso y varios borikanos abrieron el cercado por el ala izquierda, pero la lluvia de palos y piedras que les cayó encima los trituró. Lamentándose y sollozando de dolor, arrastrándose por el suelo, a duras penas intentaban salir de allí, sin parar de recibir la lluvia de palos y piedras en todo momento.

Los Aás, enfurecidos al ver en el suelo a Pómulo Violeta, se lanzaron contra el cercado encabezados por Heriberto, pero surgió una fila de wincklynianos que maniobrando de forma muy disciplinada les envolvió y procedió a apalizarles a conciencia. Quedaron atrapados en el cercado.

El Señor Hok se dio cuenta de la magnitud de la catástrofe y de que ya no podían ganar, de que, aún peor, tan solo evitarían la derrota más absoluta si lograban liberar a Heriberto o a Pómulo Violeta.

Hok reaccionó rápido. Saltó sobre el cercado y cubierto por varios pastores que lanzaban dardos, aplastó la cara de un winclyniano mientras lanzaba su boleadora al wincklyniano que estaba atando a Heriberto. Al caer su captor, este se levantó en palanca y salió disparado hacia afuera del cercado. En eso se vio que tras unos árboles salía otra línea de wincklynianos, y corriendo en zizag avanzaban masacrando a los Aás y a los borikanos, solamente aguantando la agresión los pastores de Hok.

Estos se retiraron ordenamente organizados por el Señor Hok y reforzados por Heriberto y Cararroja y el puñado de borikanos y Aás que se habían salvado. Al final, lograron recomponerse a medio kilómetro del cercado de Cotomón.

Había sido una catástrofe. Más de la mitad del ejército de los aliados había caído en las manos de los winclynianos, incluyendo a Alfonso y a Pómulo Violeta, y salvo los pastores del Reino Hok, el resto había sido machacado.

Incrédulos, el Señor Hok, Heriberto y Cararroja contabilizaban las perdidas. Y desde el cercado varias docenas de wincklynianos se burlaban de ellos y hacían chufla de las escapados. Ya nada volvería a ser igual…

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