Capítulo XVI

El Pájaro Logoró.

Aunque se iban orientando con la posición del Sol cada cuanto se veían obligados a entrar en las bóvedas selváticas del pantano, , y a veces el techo verde de las cerradas copas de los gigantes árboles amenazaba con desorientarles fatalmente. Llevaban dos horas avanzando así cuando llegaron a un claro.

Todos respiraron. Caminar por entre abstrusas lianas y retorcidas raíces, a veces al borde arenas movedizas, o entre charcos tenebrosos en los que brotaban inquietantes burbujas de gases, les había agotado. Pasaron pues a desayunar. El lugar era, sin embargo, muy bello. Una campa rabiosamente verde moteada con plantas de hojas acorazonadas, de media altura, de las que pendían unas impresionantes flores rojas grandísimas. En este mundo aparte, se dejaron caer sobre la hierba, exhaustos por la rudeza del avance anterior, excepto Braulin, que primero se puso a jugar metiendo su hocico en las campanas de las desmesuradas flores sacándolo azulado por el polen de los estambres, y Pitu Kangrejo que salió tras el burrito a bromearle y husmear, contando en ese momento con más energía que sus compañeros.

…el lugar era, sin embargo, muy bello. Una campa rabiosamente verde moteada con plantas de hojas acorazonadas…

Timi asintió, pero de pronto le brotó una sonrisa…

Se levantaron con celeridad a ver que pasaba y entonces oyeron un sonoro TOC TOC.

Por respuesta obtuvo el veloz paso de Braulin corriendo hacia el pantano y rebuznando en pánico. Timi se levantó de un salto. Peter el Peregrino también se puso en pie, algo más lento.

La escena que vieron les consternó. Pitu Kangrejo corría hacia todos los lados sin poder escapar de un pájaro enorme que le picoteaba la cabeza con grandes coscorrones. Lo iba a destrozar.

Peter el Peregrino se frotaba los ojos pues no acertaba a comprender lo que veía. Timi se quitó el cinturón, hizo un nudo a modo de lazo en un extremo y a toda prisa saltó hacia el pájaro. El pájaro tomó nota del asalto y giró diligente a darle un agresivo picotazo, pero Timi lo eludió y le lanzó el lazo, el pájaro entendió la intención de Timi y dio marcha atrás. Esto permitió a Pitu escapar. De inmediato, Timi saltó hacia adelante como un loco haciendo aspas con el cinturón-lazo, el pájaro intento apartarse pero tropezó, cayendo estrepitosamente mientras Timi se volcó sobre él y rabioso encajó el lazo en su pico apretando el nudo con fuerza mientras quedaba, así, sobre él, encarado con el animal, que le miro perplejo y furioso aunque con un fondo dulce.

Pitu Kangrejo y Peter el Peregrino miraban maravillados la pelea y también admirados por la determinación de su amigo. Braulin rebuznó admirado entre las hojas.

Tras un rato de forcejeos, finalmente Timi llegó donde ellos guiando con el cinturón-lazo al pájar, que sumiso se daba por rendido.

Timi quedó pensativo un rato mirando al animal, que daba pena sin poder liberarse, y haciendo sus cálculos decisivos mientras alternativamente atendía Pitu Kangrejo, que aún se dolía de los picotazos recibidos por el Pájaro Logoró.

Tenía razón y sus amigos se dieron cuenta de ello. Así que tras estas deliberaciones soltaron al Pájaro Logoró. El animal, aturdido, escapó con presteza y ellos retornaron a su marcha hacia Puerto Borikaia.

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