Timi el Viajero en Las Aventuras en la Isla Brouk

Capítulo VIII

 

Boa Vista Dos Santos extendió el macuto desliándolo sobre la superficie de la arena. Los amigos contemplaban fascinados la danza de las llamas, absortos por el hipnótico fuego de la hoguera de Barba Blanca y por el efecto de su amoroso calor sobre sus cuerpos, cansados tras la caminata por la Playa Larga. Parecían haber entrado en otra dimensión.

Boa Vista Dos Santos, Barba Blanca, al desliar el macuto con el estrépito de la caída de los objetos que quedaron expuestos sobre la arena, se asemejaba a un genio salido del fuego. Sin levantarse ni perder concentración todos cambiaron su foco de atención desde el fuego al tesorillo de Baba Blanca y, desde allí, al rostro y figura de genio intemporal que Boa Vista acababa de cobrar.

Dicho esto, alzó, mostrándolo, un hueso que parecía un bastón.

Después sacó un arcabuz muy antiguo, que parecía más que un arma real una pieza de museo.

Así siguió Boa Vista describiendo los objetos del tesorillo hasta que terminada de explicar la colección de objetos, tomó un aire extraviado y comenzó un relato que aún cautivó más a Timi y sus amigos, con la excepción de Braulín que, tras mirar con aire melancólico a la noche estrellada durante un buen rato, había caído como un trapo al suelo, quedándose dormido en el más profundo de los sueños.

…La Isla Brouk vivió su época dorada cuando fue escala de los barcos que transportaban cacao, algodón, caoba, tabaco…

Eustaquio enunciaba su relato como un manantial forma su corriente. Con un cadencia prístina brotaban de su interior de narrador experto las evocaciones de los pasados tiempos, como un poeta anónimo cuenta su propia historia y la de su mundo a los testigos del futuro, ya llegados ante él.

De pronto se oyeron más allá del fuego unas exclamaciones:

Sin solución de continuidad, mientras los tres amigos pasaban a interrogar con los ojos a Boa Vista, este, interrumpiendo el relato, con toda naturalidad explicó:

Pero ya los jóvenes habían ido cayendo uno detrás en el mayor de los sopores, y mientras se le caía la mente en la espiral del palacio de Morfeo, Timi pensó que ya lo mejor sería quedarse a dormir junto al fuego, dejando al rumor de las olas encargado de velar por los sueños del grupo.

 

 

<<<ÍNDICE

Créditos: Herramientas de apoyo Google. Documentaciones: Wikipedia. Imagen: Paco Gil Blog. El Arte en la Calle.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0.