Los restos de la nave Sartrek, entre los que brillaban las turbinas de los restos motores fotónicos, se hallaban apenas a 30 metros de Timi. Tras un año de su regreso a la Isla Brouk, gracias a los trabajos que junto a Kovalowsky y Jazmine, la científica-política, habían venido haciendo, iba surgiendo la estructura de la entrañable nave intergaláctica que quedó siniestrada tras aquel estrepitoso aterrizaje hacía ya dos años.
Al enfilarse Timi hacia la Sartrek, rápidamente la comitiva de Pollito se desplegó con gran agresividad ante él, cortándole el paso mientras Pollito gritaba estentóreamente:
– ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia!
Timi giró hacia la izquierda buscando bordear la demostración de Pollito y sus manifestantes, pero, inmediatamente, un retén de 20 broukenses entre los que se encontraban algunos de sus viejos camaradas veteranos de la Sartrek, como el Tonto del Fuego o Ratita, se desplegó ante él reconstruyendo la muralla humana que cerraba el paso hacia la nave.
Pollito se ubicó frente a él chillando enloquecido en su cara mientras medio de centenar de sus seguidores coreaban con él:
– ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia!
La protesta de Pollito y sus seguidores recordaba algo a las antiguas exasperadas revueltas de los Aliens Acelerados contra las Canteras de Piedra Rosácea pero no eran exactamente iguales, ni Pollito era Cara Roja.
Por lo que estos broukenses, liderados por Pollíto protestaban, era porque la humedad del aire media de la Isla Brouk había bajado un 2% en los últimos años. Al parecer esta circunstancia había perjudicado al manglar del sur de la Isla y a las zonas boscosas del Norte, lo que había reducido la polinización y cambiado el ecosistema. La mayor sequedad de la Isla la relacionaban los restitucionistas de Bartol con las nuevas construcciones de casas en varias zonas del interior y de la costa, impulsadas por la progresiva despoblación de la Capital Libre. Y la consecuencia de ello, según los restitucionistas, estarían siendo ciertos dolores de cabeza, algunos mareos, tendencia al catarro en otoño entre muchos pobladores y una ocasional sensación de cansancio que afectaba a algunos broukenses.
– ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia!
Timi no se sentía concernido por estas protestas, y sospechaba que Winckley estaba moviéndolas entre bambalinas con alguna intención oculta.
Viendo los módulos de la Sartrek dispersos por entre las rocas que tachonaban el verde prado de Tobiga, Timi volvió a intentar pasar a retomar la tarea de reconstrucción de la Sartrek pero, saltando agresivamente hacia adelante Pollito le cerró el paso:
– ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia! ¡Queremos Justicia!
¡RING!¡RING!¡RING! Sonó el teléfono de bolsillo de Timi.
-¿Quién es?
– Soy Bartol.
– Mira Bartol, Pollito y tus restitucionistas no me dejan pasar hacia la Sartrek ¿has organizado tu esta comedia?
– Yo no tengo nada que ver con eso, Timi, supongo que son los que están destruyendo la Isla los que tendrían que dar explicaciones – rezongo Bartol a la defensiva- . Yo solo quiero que confirmes si vais a firmar o no el Pacto Por el Bien del Universo o no, hasta que no os suméis al Pacto no podemos rellenar el formulario de la región y quedamos fuera de los beneficios: Estáis perjudicando a la Isla entera.
– ¡No firmaremos! – Explotó Timi.
Con la nave a 30 metros fente a él, Timi hubo de replegarse hacia atrás mientras pensaba como ajustarle las cuentas a Pollito y deshacerse de Bartol. Todo había empezado antes, mucho antes, 20 años terrestres y tres intergalácticos antes…